domingo, 9 de octubre de 2011

Las campanas de Novillas



            La localidad de Novillas celebra hoy el día central de sus fiesta patronales, en honor a la Virgen del Rosario. No sabemos si el sistema actual de electrificación permitirá el bandeo general de las campanas de su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Esperanza, como se suele hacer en las grandes solemnidades. Por cierto, esta acepción del verbo “bandear” es propia de Aragón y no la contempla el Diccionario de la Real Academia Española.




            La alusión a las campanas viene motivada porque en el programa de fiestas de este año se incluye un interesante artículo referido a las mismas, algo digno de todo elogio ya que las campanas no suelen ser objeto de la atención que merecen, a pesar de su importancia.




            Según el anónimo autor del artículo son tres las que existen, en la actualidad. La “Santa Bárbara”, construida en 1816, que es la mayor; la “San Nicasio”, dedicada al patrón de la localidad, que fue construida en 1886; y la “Virgen del Rosario” en honor a la patrona principal que fue reformada en 1969. A ellas hay que sumar el “campanico” y, también, la matraca de madera que fue construida en los años 20 del pasado siglo, para la Semana Santa y que fue recientemente restaurada.




            Cuando en 2001, el Centro de Estudios Borjanos publicó la obra Novillas. Patrimonio Artístico Religioso, sus autores Pedro Luis Hernando Sebastián y José Carlos Sancho Bas también dedicaron un apartado a las campanas en el que, además de señalar la existencia de las tres campanas citadas, ofrecían otros datos de interés.
            Así, por ejemplo, la primera referencia encontrada sobre estos instrumentos es de 1680, cuando fue fundida una campan por encargo del comendador de Novillas. Por otra parte, en el libro de visitas pastorales aparece reflejado que, en 1842, había ya tres campanas cuyos nombres eran “Esperanza”, “Ana” y “María”.




            Incluimos aquí la fotografía de la matraca que tuvimos oportunidad de ver durante una visita al fuerte fusilero, un interesante ejemplo de la arquitectura militar del siglo XIX que constituye uno de los atractivos turísticos de este municipio situado en la desembocadura del Huecha, junto con la iglesia parroquial y la antigua conventual de la Orden de San Juan de Jerusalén.

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