Aunque se trata de una publicación antigua, queremos dar noticia de la existencia de un libro de D. Francisco Ynduraín titulado Los moriscos y el teatro en Aragón. Auto de la destrucción de Troya y comedia pastoril de Torcato. Fue publicado por la Institución “Fernando el Católico” en 1986, reproduciendo el artículo del mismo autor “Teatro del siglo XVI. Dos piezas inéditas: ‘Auto de la destruyción de Troya’ y ‘Comedia pastoril de Torcato’” que apareció en la revista Segismundo del CSIC en 1965.
En él se estudian estas obras teatrales inéditas del siglo XVI que aparecieron en un legajo de la Sección del Santo Oficio de la Audiencia Territorial de Zaragoza, dentro de una causa incoada en 1575 contra algunos moriscos de Borja y Maleján.
El 23 de agosto de 1574 la plaza de La Goleta, en el norte de África, que había sido conquistada, junto con Túnez, por el emperador Carlos V, volvió a caer en manos de los turcos. Este acontecimiento produjo el lógico pesar en la Cristiandad, aunque los moriscos españoles la recibieron con una alegría, apenas disimulada.
En nuestra zona existían muchas comunidades de musulmanes, desde los tiempos de la Reconquista. En 1502 habían sido obligados a convertirse al Cristianismo, pasando a ser conocidos como moriscos, aunque algunos de ellos siguieron fieles a su antigua fe o, en la mayoría de los casos, a sus tradiciones culturales.
En Borja existió un importante número de ellos que vivían en el barrio, la llamada “morería”. Pero Albeta, Maleján y Rivas, tres localidades que también eran barrios de la ciudad, estaban habitadas en su totalidad por moriscos.
Pues bien, poco después de la caída de La Goleta, representaron ese Auto de la destrucción de Troya y, unos días más tarde, fueron a Maleján donde se puso en escena la otra comedia “en tiempo de su Ramadán y casi en vísperas de Pascua”, lo que motivó la intervención de la Inquisición, a denuncias de un informante borjano.
Junto con interés de estas obras de teatro, estudiadas por el Prof. Ynduraín, debemos señalar que el Auto de la destrucción de Troya había sido escrito por Francisco de Arellano, natural de Ágreda y “habitante en la villa de Ambel”, según se hace constar, aunque no han podido encontrarse más datos de este escritor.
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