jueves, 3 de mayo de 2012

El título del cardenal Casanova



            Uno de los personajes más importantes, nacidos en nuestra ciudad, fue D. Vicente Casanova y Marzol que tras ser nombrado obispo de Almería en 1907 y arzobispo de Granada en 1921, fue creado cardenal por el Papa Pío XI, el 30 de marzo de 1925.
El colegio cardenalicio se estructura en tres órdenes: cardenales obispos, cardenales presbíteros y cardenales diáconos. Al primero pertenecen los que rigen las siete diócesis sufragáneas de la de Roma o son patriarcas; en el segundo se incluyen los que son titulares de cualquier otra diócesis de la Cristiandad, mientras que pertenecen al tercero los que no ejercen jurisdicción episcopal ordinaria.




El cardenal Casanova, fue cardenal presbítero y, como es habitual, se le asignó el título de una de las iglesias de Roma. En este caso fue el los Santos Vital, Valeria, Gervasio y Protasio, con sede en la basílica romana de San Vital.




Es un antiguo título que fue suprimido en 1596, debido al estado de ruina en el que, en aquellos momentos, se encontraba ese templo. Restituido en 1880, el cardenal Casanova fue el sexto titular de esta nueva etapa. Desde 1994, lo ostenta el cardenal Adam Joseph Maida, arzobispo emérito de Detroit.




La basílica de San Vital es un antiguo templo, construido en el año 400, que está dedicado a ese Santo y a su familia. Santa Valeria era su esposa y San Gervasio y San Protasio, hijos del matrimonio. San Vital murió martirizado en Rávena, en el siglo III. Poco después corrió la misma suerte su mujer y los hijos padecieron el martirio diez años más tarde.




Aunque el templo más importante, dedicado a San Vital, es el de Rávena, la basílica romana reviste, igualmente, un gran interés artístico. Situada en la Vía Nazionale, se accede a ella a través de una escalinata, al estar semihundida.




De la antigua construcción se conserva el pórtico, donde aparecen las armas del Papa Sixto IV que lo rehízo en el siglo XVI.




El interior está decorado con unos magníficos frescos de Agostino Ciampelli en el que se refleja el martirio del Santo.




El ábside es otro elemento conservado del primer templo y está decorado con un fresco de Andrea Commodi que representa el camino del Calvario.

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