miércoles, 17 de abril de 2013

El Patrimonio Artístico de Trasobares




            Trasobares es una localidad cuya historia está íntimamente unida al monasterio de religiosas cistercienses que existió en ese lugar. Fue Alfonso II de Aragón quien, en 1188, entregó el lugar a Dª Toda Ramírez, que había sido dama de la reina Dª Petronila y que, posteriormente, había profesado en Tulebras, para que fundara un nuevo monasterio. Dos años después, Dª Toda otorgó carta de población y, desde entonces, la localidad perteneció al monasterio, junto con Tabuenca, hasta que fue suprimido en el siglo XIX, tras la Desamortización. 




            En la actualidad, el monumento más importante es la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción que, primitivamente, fue la iglesia abacial. De estilo gótico-renacentista y de una sola nave, fue edificada en el siglo XVI.




            Con ábside poligonal, la nave de cuatro tramos se cubre con bóveda de crucería estrellada. A los pies, dispone de un coro sobre techumbre plana que apea en columna toscana y zapatas laterales. En él se encuentra un importante órgano que fue restaurado por la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza, al igual que el resto del templo. También se conservan algunos sitiales del antiguo coro conventual, de características similares a los de la colegiata de Borja.



  
          En la actualidad, el acceso a la iglesia se realiza, desde la plaza, por una escalinata que conduce al lateral de la misma, situado unos tres metros más abajo. Antes de la rehabilitación existían unas interesantes puertas con vidrieras modernistas que desaparecieron, aunque se conservan imágenes de las mismas en la voz “Modernismo” de la Gran Enciclopedia Aragonesa que fueron obtenidas por el Prof. Borrás, durante la realización del inventario propiciado por nuestro Centro.




            No fueron las únicas pérdidas acaecidas durante el proceso de rehabilitación ya que, como ha señalado Joaquín Giménez Sena en su reciente obra sobre el monasterio, fue eliminado el revestimiento exterior de los muros de la cabecera, desapareciendo las armas abaciales que allí había.




            La torre, también restaurada, es exenta ya que pertenecía al antiguo templo parroquial que fue derribado. Consta de dos cuerpos. El inferior de planta cuadrangular es de origen mudéjar. Tiene dos vanos en cada lado y, bajo ellos, un friso con ladrillos resaltados en aspa. Sobre él, se levantó posteriormente otro cuerpo octogonal con un vano en cada lado.



Trasobares aún cuenta con otros dos templos. La ermita de San Roque está situada en el interior de la población. Es de planta rectagular con cuatro tramos y contrafuertes en el exterior. A ella se accedia por un arco de medio punto en un pórtico abovedado, en cañón, dispuesto entre dos contrafuertes del lado de la Epístola. En ese muro existen dos óculos con celosías de tradición mudéjar que eran frecuentes en otros edificios de la localidad.







            Hay otra puerta en el hastial, también en arco de medio punto. La fachada se remata con alero de doble esquinilla y en el centro una espadaña. El interior se cubría, inicialmente, con una bóveda de lunetos que fue sustituida, en algunos tramos, por otra plana de cañizos que, finalmente, entró en un proceso de deterioro que obligó a cerrar el templo.




            En un pintoresco lugar, en una de las alturas que dominan el casco urbano, se encuentra la ermita de San Cristóbal. También de planta rectangular y contrafuertes exteriores, está construida en mampuesto, con acceso por el hastial, a través de un arco de medio punto sobre el que se dispone un óculo. Tras sufrir un proceso de deterioro, recientemente se le dotó de una cubierta provisional, ya que la ermita es el lugar de destino de una tradicional romería.





            Existió otro interesante templo, ubicado en el antiguo cementerio, en la parte posterior de la iglesia parroquial. A pesar de encontrarse en ruinas, revestía especial interés, pues se trataba de un edificio medieval del que se conservaba el ábside románico, construido en sillarejo y los muros laterales en ladrillo y tapial. La nave  de tres tramos disponía de cubierta de madera a dos aguas, sobre arcos diafragmas apuntados, de características similares al que se aprecia en esta fotografía. Lamentablemente, los restos fueron demolidos, ante la indiferencia general.




            Finalmente, debemos destacar los elementos que aún subsisten del antiguo Real Monasterio de Santa María de la Piedad. Entre ellos destaca su portada de acceso, construida en 1621 a expensas de Dª Isabel Marín de Liñán, abadesa en esos momentos. El cuerpo inferior es de sillería y en él se abre la gran puerta de arco de medio punto, entre columnas toscanas. 



            

El cuerpo superior es de ladrillo y está rematado con un ático  en el que figuran las armas del reino de Aragón, partidas y cuarteladas de forma inusual. Curiosamente el municipio usa como propio el del reino, aunque sustituye la llamada “cruz de Íñigo Arista”, que es patada de plata y apuntada en el brazo inferior, por otra que, por sus características, recuerda a la que utiliza como distintivo el Comité Internacional de la Cruz Roja.




            Del conjunto de edificaciones que constituían el monasterio, se conservan algunas partes, entre ellas un cuerpo en el que se ubica la escalera principal del mismo


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