lunes, 29 de abril de 2013

Un recuerdo a Don Pedro Armingol en la web del Museo de Zaragoza



El Museo de Zaragoza ha puesto en marcha, recientemente, una interesante página web (www.museodezaragoza.es) de la que ya informamos en su momento. En ella incluyen, junto con la información propia del museo, otras noticias relacionados con el mismo. Esta semana aparece un comentario sobre una fotografía conservada en su fondo documental y que corresponde a un personaje de nuestra comarca: D. Pedro Armingol Cuartero.
Nacido en Fréscano, en 1869, era hijo de Mariano Armingol Mayayo y de Casimira Cuartero Sarría, ambos naturales de la misma localidad. Lo incluimos en nuestro Diccionario Biográfico, publicado en 2005, por el hecho de que, el 8 de abril de 1923, fue nombrado Académico Correspondiente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, en Fréscano, siendo la primera persona que alcanzó este honor en nuestra zona.




Ahora, a través de la información publicada en la citada web, hemos conocido las circunstancias que pudieron influir en ese nombramiento. Era, al parecer, una persona aficionada a la Arqueología y, en la década de los años 20 del pasado siglo, prospectó la zona de “El Convento” de Mallén, el lugar donde estuvo ubicada la antigua ciudad de Balsione y que, muchos años más tarde, fue declarada “Bien de Interés Cultural”, como “Zona Arqueológica”, por el Gobierno de  Aragón. D. Pedro Armingol reunió diversas piezas, entre ellas vasijas de terra sigillata, que donó al Museo, entonces bajo la tutela de la Real Academia. De esta donación se daba cuenta en el Boletín del Museo de 14 de diciembre de 1931.
Aquellos primeros trabajos contribuyeron a dar a conocer el yacimiento e hicieron posible los trabajos y excavaciones ulteriores, a cargo de arqueólogos profesionales a quienes, en definitiva, corresponde la labor de investigación de nuestro patrimonio en ese ámbito.
No obstante, es de justicia reconocer el mérito de personas, como D. Pedro Armingol, que contribuyeron en el pasado a despertar el interés hacia una ciencia que, en aquellos momentos, no había alcanzado el nivel actual, al menos entre nosotros.



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