sábado, 10 de agosto de 2013

Obras en nuestros museos: Escultura de santo diácono


            Hoy, día de San Lorenzo, son fiestas patronales en la villa de Magallón, aunque no podemos reproducir su programa, como solemos hacer con todas las localidades de nuestra zona ya que, por el momento, no lo hemos recibido. Sin embargo, queremos dedicar un recuerdo a este famoso santo al que la tradición hace natural de Huesca, a través de una de las obras conservadas en la sala VI de Museo de la Colegiata de Borja.




            Se trata de una hermosa escultura en alabastro, de 83 centímetros de altura, realizada en el siglo XVI y que aparece catalogada como “Santo diácono, mártir”, aunque nos inclinamos a considerar que, por las razones que expondremos, es una representación de San Lorenzo.



            Que se trata de un diácono no ofrece la menor duda, ya que viste dalmática, la vestidura litúrgica propia de los mismos. La dalmática consta de dos piezas, separadas lateralmente, que caen por la parte anterior y posterior del cuerpo, hasta la altura de las rodillas. Dispone de mangas cortas y se dispone sobre el alba. En tono al cuello se coloca el collarín, sujeto al frente por dos cordones rematados con borlas.
            Los diáconos más venerados son San Lorenzo y San Vicente que se distinguen por el atributo propio de su martirio. San Vicente, que era diácono del obispo de Zaragoza San Valero, fue martirizado en Valencia durante la persecución de Diocleciano, donde tras sufrir diversos tormentos fue arrojado al mar fue arrojado al mar con una rueda de molino al cuello el 22 de enero de 204. Por este motivo, en sus representaciones siempre aparece con esa gran rueda circular de piedra.
            Por su parte, San Lorenzo fue uno de los siete diáconos de Roma ordenados por el papa Sixto II. Padeció el martirio en esa ciudad, durante la persecución del emperador Valeriano, falleciendo el 10 de agosto de 258, quemado en una parrilla que por ello es el atributo iconográfico propio.



            Aunque la estatua del Museo de la Colegiata ha sufrido importantes deterioros, faltándole la cabeza y los brazos, en la parte lateral se advierte lo que podría ser una parrilla con su mango, razón por la que nos inclinamos a pensar que se trata de San Lorenzo pues, de ninguna manera, se asemeja a la rueda que sería propia de San Vicente.



            Esta obra fue encontrada en la cripta de la colegiata durante las labores de limpieza de la misma. Al parecer, existía otra escultura de características similares que desapareció. Lo más probable es que formaran parte de un retablo renacentista de gran calidad que, como otras muchas obras de arte del antiguo templo, fue destruido durante las obras de remodelación emprendidas en el siglo XIX, de acuerdo con el gusto neoclásico, que dieron como resultado la nave que hoy conocemos.



            Al crearse el museo fue instalada en el corredor de la segunda planta y, en la última reforma del mismo, se colocó en la sala VII, dado el interés de que entraña para el conocimiento de esa etapa de la colegiata. Por el momento, no ha podido ser documentada ni existen publicaciones en torno a la misma, algo que sería muy deseable.

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