martes, 18 de marzo de 2014

Caesarugusta y el bronce de Agón


            El pasado 2 de marzo se publicó en Heraldo de Aragón un interesante artículo de D. Mariano García, en el que el Prof. D. Francisco Beltrán Lloris, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza, comentaba el resultado de sus últimas investigaciones en torno a la extensión  que, en época romana, pudo tener la ciudad de Caesaraugusta.
            Según la hipótesis del Prof. Beltrán abarcaba unos 5.000 kilómetros cuadrados, una amplia zona de territorio que se extendía desde el actual municipio de Gallur (Pagus Gallorum) hasta Velilla de Ebro (Celsa). Como señalaba, ello no quiere decir que todo estuviera poblado, sino que constituía una unidad.

            Hemos querido comentarlo aquí, ya que uno de los argumentos utilizados para establecer estas dimensiones es la información proporcionada por el llamado “bronce de Agón”, estudiado por el Prof. Beltrán y en el que se hace referencia expresa al Pagus Gallorum (Gallur), como parte integrante del territorio caesaraugustano.




            Como nuestros lectores conocen, el citado bronce fue encontrado de manera casual, en septiembre de 1992, por D. Javier Pellicer que era Presidente de la Asociación de Amigos de la Cultura de Magallón.  El hallazgo tuvo lugar en una finca del término municipal de Agón, propiedad del agricultor borjano D. Ángel Pablo.  Inmediatamente, se puso en contacto con el Centro de Estudios Borjanos y el responsable de la Sección de Arqueología D. Isidro Aguilera se percató de la importancia del hallazgo, trasladando los fragmentos encontrados al Museo de Zaragoza. Fue el propio Isidro quien le dio el nombre de “Bronce de Agón”, pues en los primeros momentos se barajó la posibilidad de denominarlo “Bronce de Gañarul”, en atención al antiguo despoblado al que, originalmente,  pertenecía la finca.   
            En el Museo de Zaragoza, el bronce fue restaurado, encargándose de su estudio el Prof. D. Francisco Beltrán Lloris quien dio a conocer que en la placa original de bronce, de la que formaban parte los fragmentos localizados fue grabada una norma jurídica por la que se regulaba el uso de un canal de riego, denominado Rivus hiberiensis, entre tres comunidades de esta zona. Una de ellas, el Pagi Gallorum estaba ubicada en los alrededores de Gallur, otra denominada Pagi Belsinonensis estaba en Mallén, mientras que el emplazamiento de la tercera, el Pagi Segardinensis, es desconocido por el momento.  El bronce está datado en el siglo II, durante el mandato del emperador Adriano y se ha convertido en un ejemplar único por su contenido, que describe el uso de las aguas de riego y, por otra parte,  ha servido para fijar los límites del convento caesaraugustano. A comienzos del siglo V, el bronce cayó en manos de un chatarrero de la época que lo troceó para reaprovecharlo, fundiéndolo. Afortunadamente, una parte del mismo, quedó depositado en una pequeña villa, donde mil seiscientos años después fue encontrado por Javier Pellicer.




            Merced al mecenazgo de D. Ángel Manuel Medina, en mayo de 2012 se instaló una réplica del mismo en la Casa Consistorial de Agón y, en la actualidad, se pretende realizar otra copia para colocarla en el Museo de Arqueología de Borja. 

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