lunes, 7 de diciembre de 2015

Incógnitas en torno al pilar de Santa Bárbara



            En un altozano situado a la derecha del camino de Porroyo, antes de llegar a la Estanca de Borja, se encuentra un pilar, dedicado a Santa Bárbara que, según la tradición fue levantado en el lugar donde fue encontrado un niño que había desaparecido día antes de la localidad de Maleján, distante varios kilómetros. Según refirió fue protegido por una mujer que identificó como Santa Bárbara, patrona de esa localidad, en agradecimiento a lo cual, sus padres decidieron edificar el pilar.




            Cuando publicamos el libro Pilares votivos, recogimos esta leyenda y documentamos el hecho de que, el 31 de julio de 1744, el concejo de Borja tomó el acuerdo de cambiar el emplazamiento del pilar, debido a que amenazaba ruina, atendiendo al mismo tiempo a la petición de Miguel Salillas para poder explotar una cantera próxima situada bajo el pilar. Pedro Domínguez Barrios localizó esa cantera y, por esta razón, siempre hemos considerado que el pilar existente era el construido en 1744, por las circunstancias expuestas.
            No obstante, el Dr. D. Alberto Aguilera Hernández acaba de encontrar en el libro de la cofradía de Santa Lucía una anotación en la que, textualmente, se señala: “En 27 de junio de 1802 se juntó la cofradía y presidida por su prior, a uniformidad de votos, se acordó dar gratuitamente la imagen de Santa Bárbara, de dos que tiene la cofradía la más antigua, para colocar en un pilar que, a expensas de algunos devotos, se erige en Porroyo, en la partida que llaman “El Pradillo”, a causa de haberse apedreado en varios años consecutivos”.
            De esta cita se deduce que, en 1802, se estaba construyendo otro pilar a Santa Bárbara, como protectora frente a las tormentas. Ello nos plantea la duda de si el pilar actual es el de 1802 o el de 1744 y, en cualquier caso, viene a introducir una motivación diferente para su construcción.



            Lo que ocurres es que, en el pilar existente antes de la última restauración llevada a cabo por D. Luis Hernández Ríos, no había una imagen, sino el azulejo que reproducimos y que, ahora, se conserva en el Centro de Estudios Borjanos.
            La duda se mantiene, a pesar de que este pilar es el que, hasta el momento, nos ha deparado un mayor número de referencias documentales sobre el mismo.

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