martes, 4 de julio de 2017

Atracciones del pasado


         En el archivo de la familia Ojeda se conserva esta curiosa fotografía de un jardín borjano en el que un numeroso grupo de personas posan junto a un columpio de barcas, un tipo de atracción que los que ya peinan canas recordarán que era habitual en nuestras ferias.





         En aquella reducida oferta que se ofrecía a los más pequeños, muy diferente a la actual, las “barcas” estaban siempre presentes y no siempre se utilizaban adecuadamente, como puede verse en esta imagen, donde el joven tripulante impulsa el balanceo puesto en pie.




         Otra atracción habitual eran las “cadenas”, unos sencillos asientos que giraban pendientes de cadenas y que también se prestaban a hazañas no exentas de peligro.





         Más pacíficos eran los “caballitos” que subían y bajaban por la barra donde se sujetaban. Luego llegaron los cochecitos y un poco después los “autos de choque”.




         Lo que no faltaban eran las casetas de tiro. En principio con bolas o con latas que se derribaban con una pelota. Las cintas y los palillos fueron posteriores, aunque en algunas había unos toneles cerrados con una compuerta que se abría acertando en un resorte, lo que se premiaba con un vaso de moscatel. Los que querían disfrutar de atracciones más sofisticadas tenían que acudir al ferial de Zaragoza que nos sorprendía tanto por la variedad como por el número de atracciones. Tiempos remotos que nada tienen que ver con los actuales.

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