jueves, 14 de diciembre de 2017

Imágenes del belén del Auditorio



         D. Enrique Lacleta nos ha enviado un amplio reportaje del belén instalado en el Auditorio de Santo Domingo, sobre cuya inauguración el pasado día 8 informamos en este blog. Este belén que, hasta el pasado año, se montaba en el convento de la Concepción ha sido colocado en esta ocasión en el centro de la nave de la antigua iglesia de San Pedro Mártir, lo que permite una mejor contemplación del mismo.







         Por otra parte, ha sido un acierto su estructuración en tres zonas bien diferenciadas. La de la izquierda hace alusión a la ciudad de Jerusalén en lo alto de la montaña, con su recinto amurallado y debajo un conjunto de casas que nos recuerda a Belén, por cuyas calles deambulan personas ocupadas en los más diversos menesteres.



         El eje central lo constituye la escena del Nacimiento, como debe ser en todo belén y que constituye su justificación, evitando una tendencia frecuente de situarlo en un lugar marginal, casi escondido, como si fuera una escena más de las representadas en el conjunto.





         Delante del portal hay una prolongación rectangular en la que, junto al entorno cercano, se reflejan con gran minuciosidad escenas de la vida cotidiana con especial referencia a los oficios agrícolas.




         Finalmente, a la derecha, se ha dispuesto una zona dedicada a la propia ciudad de Borja, con la reproducción de varios de sus monumentos, entre los que se ha incluido este año a la ermita del Sepulcro, de actualidad por su reciente restauración.






         Lógicamente esta zona es la que más interés despierta entre los visitantes, identificados con la reproducción de un espacio tan entrañable como la plaza del Mercado, con el Moncayo al fondo; la ermita del Calvario con los molinos eólicos que el año pasado confundimos con palomas sobrevolando la Muela, una de las fuentes del Santuario de Misericordia,  o la Casa de Aguilar, donde se ha situado la escena de la Anunciación y esa silueta que se adivina entre los cristales, que el malvado maquetista ha querido reflejar una vez más.

         En suma, un belén para visitar y disfrutar con los numerosos detalles que aparecen en el mismo y que obligan a una detenida contemplación para evitar que se nos escapen algunos de ellos.

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